Summary: Bella y Edward son novios desde la preparatoria, al momento de ir a la Universidad se separan y ella promete esperarlo y el amarla por siempre…-¡Prometiste esperarme, Bella!- dije mientras ella solo lloraba- ¿Y ahora te casas?, ya veo cuanto me amaste…
Capítulo 1: Preparándose para separación
-Vamos Bella no estés triste el ya prometió que cuando ambos terminen la Universidad y sean las personas que quieren ser se volverán a ver- me decía por quinta vez en el día, y es que no es como si yo no lo creyera, pero en realdad tenía mucho miedo…
-Ya lo sé Ali, se que él lo prometió pero aun así, ¿Qué pasa si el encuentra a alguien mejor que yo?
-No Alice, yo no encontrare a nadie mejor que Edward, tu sabes mejor que nadie que tu primo es el amor de mi vida, y que siempre lo esperare pase lo que pase.
-Si bueno, hoy dices muchas cosas, pero recuerda que por algo pasan las cosas
-¿Estás diciendo que tal vez por eso nos separaremos?, porque no somos el uno para el otro- pregunto con las lagrimas al borde, y es que siempre hablar de este tema me ponía sensible desde
que habíamos decidido nuestras carreras y aun mas nuestros caminos.
-No Bells, dios mujer, que es lo que te pasa últimamente que estas de un llorón insoportable- me decía Alice exasperada por mi actitud, pero es que como ella no se iba a separar de Jasper ya que juntos estudiarían en Paris. Pero si yo no iba con Edward era porque papá quería que estudiara aquí Negocios Internacionales y me fuera familiarizando con la empresa, para que en un futuro yo pudiera hacerme cargo de las exitosas empresas Swan.
Edward lo entendía, pero mis amigos aun así decía que era un tontería perderme de todas las bondades de estar lejos de tus padres y disfrutar la etapa universitaria, ya que yo no la disfrutaría, durante mis estudios también estaría junto con papá en la empresa ayudándolo y aplicando mis conocimientos, ya que el gran puesto de Presidente de la empresa me estaba esperando o eso decía papá.
- Tu sabes lo mal que me pone hablar de este tema Ali, no me veo separada de eso además que…
-Toc, Toc- dijo Rosalie asomándose por la puerta de mi habitación- Wow Bella, te ves hermosa estoy segura que Edward se quedara con la boca abierta esta noche cuando te vea usando eso- dijo señalando mi vestido color rojo que estaba sobre la cama, y es que por eso es que tenía a la pequeña duende de Alice dando tremendos jalones a mi cabello y haciendo de mi cara lo que ella quería, ya que hoy tendría una cena romántica con Edward, mi novio desde que empezamos la preparatoria, según él esta cena no tenía más que el motivo de pasar un rato solos pero yo sabía que algo mas había en todo este alboroto.
-Bueno Bells, estas más que lista, ahora ponte la ropa interior que deje en el baño y sales para que Rose y yo te ayudemos a ponerte ese hermoso vestido.
Y aquí esta yo siguiendo al pie de la letra cada una de las indicaciones que me daba esta mujer centímetros más pequeña que yo y sin refutar. Ahí en la repisa del baño había una bolsa de Victoria´s Secret que me daba hasta miedo ver su contenido, “Vamos Bella no seas tan cobarde” me dije a mi misma antes de descubrir el contenido de esa bolsa del infierno, es que acaso tenía cara de bailarina exótica o algo por el estilo para que ese par me hiciera meterme en esas diminutas y transparentes pedazos de tela llamados “ropa interior”. Bufe completamente enojada con esas dos de ahí afuera pero estaba segura que si no me las ponía yo misma, ellas lo harían y sería mucho más vergonzoso.
Tome una gran bocanada de aire para darme el valor necesario y meterme en esa excusa de “ropa interior”, salí del baño con una bata ya que me daba mucha pena que me vieran con esas cosas tan pequeñas.
-Vaya!, ya era hora de que salieras Bells, pensaba que tenía que entrar y sacarte de ahí yo misma- decía Alice- ahora quítate esa horrenda bata y deja que te ayudemos a ponerte este hermosos vestido.
-Alice, no es necesario yo puedo ponérmelo sola- decía de manera nerviosa y atropellada.
-Te lo dije Alice, Isabella es demasiado inocente y no dejara que la veamos con esas hermosas piezas de lencería que le compramos- dijo Rose como si hubiera escuchado mis pensamientos- pero tampoco es como si nos importara, vamos Bella, quítate esa fea bata y deja que te pongamos hermosa para que mi cuñado se quede con la boca abierta cuando te vea.
-Alice y Rosalie, saben perfectamente bien que no dejare que me vean así, así que por favor salgan y dejen que yo me cambie sola que puedo hacerlo perfectamente- dije cruzando mis brazos por debajo de mi pecho y retándolas con la mirada… mala idea, sabía que estas dos no se irían hasta que no me cambiaran ellas mismas. Solté un suspiro y me deshice de la bata para que esas dos demonios terminaran de arreglarme, ya que al estás haciendo todos mis berrinches innecesarios no me di cuenta de que ya casi era de que Edward pasara por mí.
-Vez Belly, que te cuesta cooperar, además de que no se dé que te avergüenzas si te ves hermosa y tienes un cuerpo precioso, créeme que si yo fuera Edward dejabas de ser virgen hoy mismo- dijo Rosalie como si del clima se tratara.
-¡Rosalie Hale!, Dios mío que vergüenza- dije cubriéndome la cara con las manos.
-Lista Bells, te ves hermosa- me dijo Alice, la cual acaba de terminar de ponerme el vestido y yo no me había dado cuenta- ahora apresúrate a ponerte las zapatillas que Edward no debe tardar.
Fui e hice lo que me había ordenado por quien sabe qué vez en el día. Estaba muy nerviosa ya que como había mencionado Rose yo aun seguía siendo virgen y no estaba muy segura si mañana aun lo seguiría siendo. Con Edward habíamos decidido tomarnos las cosas con calma al contrario de todas las parejas de nuestro grupo de amigos que ya habían tenido relaciones, y no es que no estuviera segura de que Edward me amaba y yo lo hacía también, pero me aterraba el que pasaría si él se daba cuenta de que yo no era lo que él esperaba, si lo sé, soy demasiado insegura. Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
-Bella, hija Edward esta aquí- me dijo mi madre entrando a la habitación.
-Si mamá, ya voy- me voltee hacía las chicas que no dejaban de verme con una sonrisa cómplice que en realidad no entendía- Gracias por todo a las dos, las veo en el instituto- les dije agradeciéndoles de corazón lo que habían hecho las dos por mí.
-Si luego nos cuentas qué tal te fue- me dijo Ali con esa misma sonrisa que no entendí.
-Amm, ok- me voltee hacia mi madre aun confundida por la actitud de estas dos- Prometo no llegar tarde mamá- mi madre hizo un gesto como si eso no tuviera importancia.
-No te preocupes, ve y diviértete con Edward- me dio un abrazo demasiado cariñoso y raro, ¿pero qué les pasa a estas mujeres?,- cuídate mucho- estoy segura que ese cuídate tenía algo mas implicado pero no quise preguntar.
-Claro, adiós chicas, adiós mamá. – me despedí aun un poco confusa, pero todo desapareció cuando lo vi. Ahí al pie de la escalera totalmente guapo estaba Edward con su hermosa sonrisa torcida y esos preciosos ojos verdes refulgiendo en su más grande esplendor. Me ayudo a bajar los últimos escalones de la escalera como el caballero que siempre ha sido y me envolvió en sus brazos dándome un pequeño beso en los labios.
-Te ves hermosa- fueron sus primeras palabras que hicieron que una enorme sonrisa apareciera por todo mi rostro.
-No mas que tu, te apetece si nos vamos ya, no quiero que perdamos nuestra reservación- solo asentí, ya que estaba completamente hipnotizada por su hermosa mirada, me condujo aun abrazándome hasta que llegamos a su coche donde me abrió la puerta y espero hasta que estuviera dentro para cerrarla, por la ventana pude ver a mi madre y mis amigas asomándose a lo que solo negué con la cabeza sonriendo.
-En serio mi amor, estas hermosa, no sé si podre resistir el no golpear a unos cuantos que de seguro te estarán mirando cuando entremos al lugar donde te llevare.
-Pues entonces no se si yo pueda soportar no arrancarles los ojos a todas las que te miraran- dije siguiendo su broma- y ¿A dónde me llevaras eh?
- Es una sorpresa cariño, no seas tan desesperada – dijo dedicándome una de sus sonrisas torcidas que tanto amaba y me cortaban la respiración.
- Edward, estoy segura que ya todo el mundo sabe a dónde me llevaras menos yo y eso es realmente injusto – dije quejándome como niña pequeña, pero odiaba que todo el mundo se enterara de las cosas antes que yo.
- Mi amor, eso es porque es una sorpresa para ti y solo no podría haberlo logrado, así que deja de enfurruñarte y dame una de esas hermosas sonrisas que tu sabes darme ¿sí? – me dijo con una voz tan amorosa y suave que solo pude hacer lo que me decía y darle una sonrisa que estoy segura que pareció más una mueca que una verdadera sonrisa.
-Así que por lo que veo a donde me llevas esta fuera de la ciudad, ya que nos estamos alejando mucho- dije cuando vi que de la ciudad quedaba poco y todo lo que veía a mí alrededor era el espeso bosque de Forks.
-Mmmm, no lo sé, si te contesto puede que eche a perder la sorpresa- por dios! De verdad no iba a soltar absolutamente ninguna pista.
- De acuerdo no me contestes, solo que te costara mucho tratar de contentarme eh, me estoy enojando demasiado por no saber a dónde me llevas – dije tratando de parecer enojada, pero creo que no funciono ya que el soltó una carcajada.
No sé cuantos kilómetros después Edward se estaba deteniendo cerca de un hermoso hotel, esperen ¿Hotel?, si al aparecer era eso un hotel, y no sé por qué razón comencé a sudar frio y me empezaron a temblar las piernas, claros indicios de nerviosismo. Digo no es que no quisiera estar con Edward pero es que de verdad que tenía mucho miedo de no ser lo que él esperaba, yo sabía que Edward ya no era virgen, el mismo me lo había confesado cuando aun éramos mejores amigos antes de comenzar a salir y por lo tanto el era más experimentado en esto que yo. Salí de mis cavilaciones cuando Edward me abrió la puerta del coche mostrándome esa hermosa sonrisa torcida, si mi favorita.
-Vamos mi amor, espero que te guste- me susurro en el oído antes de pasar su brazo por mi cintura y comenzar a caminar. Al acercarnos me di cuenta de que nos dirigíamos a un restaurante que era parte del restaurante.
-Soy Edward Cullen y tengo una reservación- le dijo muy educadamente al anfitrión, el cual al revisar la lista nos dios un “Bienvenidos” y nos escolto hasta nuestra mesa.
En cuanto puse un pie dentro del lugar me di cuenta de que Alice tenía toda la razón al momento de meterme dentro de tan elegante vestido ya que este lugar por donde quiera que lo viera clamaba eso “Elegancia”.
-Edward, este lugar se ve muy costoso y elegante, nos deberías haber gastado tanto en mi- dije algo avergonzada, y no es que no poseyera con el dinero para pagarlo, por favor, Edward Cullen era hijo del mejor médico de todo Forks y el dinero para ellos nos era un problema, tampoco para mí lo era, mi padre tenía una empresa con diferentes sucursales en todo el mundo dedicadas a las inversiones, pero aun así no quería que gastara tanto dinero en mi.
-Te lo mereces Bella,- dijo tomando mi mentón para verlo a los ojos y dedicándome un sonrisa tierna- además de que lo dices como si fuéramos pobres y digo, no seremos millonarios- “habla por ti” dije mentalmente, porque al menos mi familia si lo era y la de el también aunque nunca nos gustaba alardear de eso- pero tengo dinero para solventar todo tu sorpresa del día de hoy.
Un momento, ¿dijo todo para tu sorpresa del día de hoy?, ¿es que faltaba más?.
-Eso quiere decir que cenar en este lujoso restaurante, no es solo mi sorpresa?, pregunte algo sorprendida.
-No en realidad,- dijo algo ¿avergonzado?, - después de que terminemos de cenar sigue tu siguiente sorpresa, que espero te guste.
Me quede sin habla, este hombre era realmente fenomenal. Cenamos comida italiana, que sin duda era mi favorita y que además sí que la sabían preparar en este lugar ya que estaba exquisita. Cuando salimos del restaurante en lugar de regresar al auto como pensé que lo haríamos, el tomo mi mano y me dirigió al hotel…oh oh, creo que aquí es cuando me pongo nerviosa… Llegamos al lobby donde Edward se acerco a una de las recepcionista y pidió una llave. Cuando nos entregaron la tarjeta nos encaminamos hacia los elevadores sin decir ni una palabra, la verdad es que estaba muerta de miedo por lo que pudiera pasar esta noche. Al llegar a nuestra puerta Edward me dio un leve apretón en la mano de la que me mantenía tomada y me hizo voltear y verlo a los ojos.
-Bella, quiero que sepas que el que estemos en este lugar, no significa precisamente lo que estoy seguro que estas pensando en este momento amor,- me dijo dulcemente y viendo con una ternura infinita. Dios, mil gracias por dejar que este asombroso hombre me ame.
-Edward yo…- intente hablar pero él me calló.
-Sí- fue todo lo que pude decir.
Al entrar casi se me cae la baba, el lugar estaba decorado de una manera hermosa, había una mesa con champagne y dos copas, además de unas cuantas velas y algunos postres como fresas con chocolate las cuales eran ms favoritas. Al centro de la habitación había una enorme cama con un dosel precioso cubierto por un velo transparente que la hacía verde como de cuento, había solo una hermosa rosa en el centro de esta.
-¿Te gusta?- me pregunto Edward con un dejo de nerviosismo y duda en la voz. Ahí caí en la cuenta de que no había dicho absolutamente nada desde que entramos a la habitación.
-Sí, muchas gracias, me encanto Edward, - dije a punto de soltarme a llorar, corrí a abrasarlo y besarlo como nunca lo había hecho, bueno salvo esas veces en las que nos pasábamos de nuestro autocontrol establecido y teníamos que separarnos jadeando en busca de aire, pero esta vez no me detuve, al ver todo lo que él había hecho por mí, deje de tener esas dudas que tanto me atormentaban. Estaba dispuesta a entregarme a Edward esta noche.
-Bella, amor, espera tenemos que parar- me decía Edward cuando nos separamos en busca de aire.
-¿Por qué?, ¿Tú no quieres?- dije viéndolo directamente a los ojos esperando su rechazo.
-Claro que quiero, mi amor. Pero aquí la pregunta es ¿Tú lo quieres? O más bien, ¿Tú estás segura?- me dijo mirándome con esa ternura con la que siempre lo hacía, y mientras me perdía en esos hermosos ojos color esmeralda supe la respuesta…
-Sí, si Edward, quiero entregarme a ti, ya lo he hecho en alma, pero también quiero hacerlo en cuerpo, quiero ser tuya mi amor- dije mientras veía como sus ojos brillaban con una emoción que nunca había visto.
-Te amo Bella, más que a nada, ni nadie en el mundo, mi amor- dijo solemnemente.
Edward se fue acercando hasta que sus labios estaban sobre los míos, y yo solo pude seguir el ritmo de ellos…
…
Espero que les guste chicas y chicos, es mi primera historia y he estado esforzandome, espero sus comentarios porque ustedes son los que la harán mejor o peor.
ResponderEliminarBesos
Lucy :)
Hola linda en verdad para ser nueva lo has hecho maravilloso porque e quedado encantada.....Sigue asi linda besos,cuidate...
ResponderEliminarhola nena, me encanto el primer capitulo, esperando que subas pronto el segundo capi, besitos bye.
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