lunes, 27 de junio de 2011

Promesas: Capitulo 2

Capitulo 2: Promesa

Advertencia: Este capitulo contiene sexo gráfico, así que menores o mentes débiles abstenerse de  leer :) (Si eres menor y lo lees no me lo digas ;) no quiero cargos de conciencia xD) 

Capitulo 2: Promesa 

Estaba nerviosa no lo podía negar, y además quien no lo estaría en su primera vez, pero todos esos pensamientos se me olvidaron en el momento en el que sentí como Edward me deja sobre la cama y sentía su cuerpo sobre el mío. Sus labios eran demasiado insistentes sobre los míos, nunca los había sentido de esa manera y con esa seguridad. Cuando nos falto el aire nos separamos, pero el solo lo hizo de mis labios, ya que siguió un camino de mi mandíbula hasta mi cuello, mi respiración se hizo errática cada vez que Edward se acercaba al escote de mi vestido.
Edward se quedo quieto cuando se dio cuenta de que yo no me movía.
-¿Bella?, amor, ¿estás segura?
-Sí- dije tratando de regular mi respiración y mirándolo confundida- ¿Por qué lo preguntas?
-Es que te siento muy nerviosa, ya sabes que si no quieres hacerlo, no te obligare, yo…- puse uno de mis dedos sobre sus labios que estaban algo rojos e hinchados por nuestros besos.
-Quiero hacerlo, quiero ser tuya.- y para que no le quedara duda alguna, acerque mi mano hasta los botones de su camisa y comencé a abrirlos uno a uno nerviosamente. Nos tuvimos que poner de pie para que Edward pudiera llegar al cierre de mi vestido. Cuando termine de desabrochar los botones de su camisa, no pude resistirme de tocar sus músculos que estaban muy bien trabajados, con mis manos recorrí todo el camino hasta sus hombros donde deslice su camisa para que cayera al suelo. Edward no espero un segundo más para llevar sus manos hasta mi espalda y bajar el cierre de mi vestido que en cuanto estuvo abierto se deslizo fácilmente por mi cuerpo, inmediatamente mi inseguridad volvió y use mis manos para taparme pero Edward me tomo de las manos y las separo de mi cuerpo, el cual se quedo mirando o más bien admirando y en ese momento me cohibí, su mirada era tan penetrante y evaluadora que estaba segura ya se había arrepentido de estar conmigo.
-Eres hermosa, mi amor- ok… eso no me lo esperaba y mucho lo siguiente- no sabes lo mucho que te deseo Bella, lo he hecho desde siempre, mi vida.
No me dio tiempo de responder, cuando menos lo esperaba ya estaba besándome de nuevo y pegándome completamente a su cuerpo, fue ahí cuando caí en la cuenta de que el aún estaba vestido de la cintura para abajo y esa ropa sinceramente me estorbaba y mucho. Acerque mi mano hasta la hebilla de su pantalón completamente nerviosa, pero solo basto mirar a sus ojos y ver deseo en ellos para darme el valor de desabrochar su cinturón y adentrar mi mano dentro de su pantalón. Gemimos al unisonó y yo además me sonroje al darme cuenta de lo que estaba haciendo ¡Estaba tocando su miembro! Sin vergüenza alguna y Edward parecía disfrutarlo o eso era lo que sus jadeos y roncos gemidos me indicaban.
Nunca en mi vida me había sentido tan poderosa, poder crear esas sensaciones en su cuerpo me hacían querer llegar más lejos con él y darme de topes por no haber disfrutado de este delicioso placer mucho antes. Edward tomo mi mano y la saco de su pantalón, estaba confundida pensé que le estaba gustando lo que yo hacía.
-Adoro lo que haces Bella,- ¡Demonios! ¿Es que acaso el leía mentes?- pero quiero darte placer a ti también mi amor.
Dicho esto, se quito el mismo su pantalón mientras yo estaba absorta viéndolo solo con sus bóxers, prenda que al igual que su pantalón desapareció dejándome ver a un Edward muy bien dotado. Dios mío, ¿es que acaso Edward no tenía un solo defecto? Me sonroje en demasía al ver que me había quedado como boba viéndolo directamente ahí, pero era imposible no hacerlo.
Lo vi acercarse a mí como lo hace un león con su presa y después solo sentí sus labios sobre los míos y al momento siguiente sus manos en mi espalda tratando de desabrochar mi sostén, mas no importo, estaban totalmente confiada y ya no tenía una sola duda de que quería hacer el amor con Edward y confiaba plenamente en él para que hiciera conmigo lo que quisiera.
Me recostó sobre la cama quitándome el brasier y sus ojos inmediatamente se dirigieron a la parte de mi cuerpo que acaba de desnudar.
-Nunca me cansare de repetir lo preciosa que eres mi amor… nunca - dijo con la voz completamente ronca por la excitación y el deseo. Se recostó sobre mí, sin dejar que un solo gramo de su peso cayera sobre mi cuerpo, comenzó a besar de nueva cuenta mi cuello y después se detuvo antes de llegar a mis senos. 
Antes de que pasaran cinco segundos ya estaba chupando ávidamente uno de mis muy erectos y excitados pezones, y yo solo podía gemir y jadear su nombre.
-Ed…Edward…Ahhh- no podía formar una frase coherente con el trabajando en uno de mis pechos y después cambiando al otro para darle la misma atención. Mi entrepierna estoy segura que era una piscina de lo empapada que debería estar. Edward mordisqueo uno de mis pezones y fue mi limite- ¡Edward!-grite como posesa por el infinito placer que recorrió mi cuerpo.
Él siguió un camino de besos húmedos por todo mi abdomen, pasando por mi vientre y sentí como quitaba la última prenda que me dejaba en las mismas condiciones que él, desnuda. Estaba totalmente absorta en las sensaciones que estaba empezando a sentir que solté un pequeño gritito en cuanto sentí como Edward me daba el beso mas intimo que jamás habíamos compartido. Se abrió paso entre mis labios íntimos para comenzar a besar y luego succionar ese punto escondido de placer que sabía que tenía pero que hasta ahora estaba de verdad estaba conociendo sus beneficios.
Me sentía tan cerca de mi liberación cuando Edward dejo de hacer lo que hacía, y casi lo golpeo con tal de que vuelva a donde estaba, cuando se coloco sobre mí besándome apasionadamente. Pude sentir lo que imagine serian mis propios fluidos en sus labios cosa que me hizo gemir.
-Quiero que sepas que te amo más que a nada en el mundo, mi amor,- me dijo Edward con una ternura infinita dándome un pequeño beso en los labios- prométeme que si te hago daño me lo dirás, pararemos si tú me lo pides.- Le juraría cualquier cosa que quisiera con tal de que aliviara el tremendo dolor que tenía en la entrepierna.
-Lo hare, ahora hazme tuya de una vez Edward, sabes que te amo y quiero que tú seas el primero… y el único- Edward sonrió como nunca lo había hecho y me beso apasionadamente. Lo sentí posicionarse en mi entrada y recorrer con su miembro todo mi sexo recogiendo mis flujos antes de comenzar a entrar. No niego que sentí dolor, pero más bien se sentía incomodo, demasiado para ser realistas.
-¿Duele?- me pregunto con miedo en su voz.
-Un poco, pero pasara- trate de sonreírle pero estoy segura que solo salió una mueca extraña.
-Si quieres que pare, solo tienes que decirlo- me dijo de nuevo. Amaba a este hombre por preocuparse tanto por mí.
- Pasara, estoy bien, mi amor, continua- dije tratando de hacerme la valiente.
Edward salió un poco de mí para entrar de nuevo pero de golpe, cosa que si dolió. Solté un gritito y una lágrima resbalo por mi mejilla.
-Lo siento mi amor,- dijo Edward tratando de retirarse de mí pero se lo impedí rodeando con mis piernas sus caderas y sintiéndolo mucho más dentro mío.
-No, sigue por favor- Edward me miro a los ojos como tratando de encontrar duda en ellos pero fui más rápida que él y lo bese. Comencé a mover mi cadera para que entendiera que ya estaba pasando el dolor y la incomodidad, y era verdad, esas dos sensaciones nada buenas estaban siendo remplazadas por unas mucho mejores. Edward comenzó un suave vaivén con sus caderas mientras empezaba un recorrido con sus labios de mi cuello hasta mis senos los cuales comenzó a besar, succionar y mordisquear.
Edward me estaba llevando al borde con sus labios y su poderoso miembro, el cual comenzaba a sentir palpitar en mi interior.
-Es…Estoy ce…cerca amor,- me dijo Edward entre embestidas y yo también lo estaba, sentía una burbuja en mi vientre que estaba a punto de explotar.

-Yo…Yo también amor, estoy cerca…Ahhhh, ¡Edward!- grite como nunca lo había hecho en mi vida. Las sensaciones que sentí al momento de mi liberación no las comparaba con nada, era como relajar todos los músculos de tu cuerpo y entrar en un estado tremendo de relajación en el cual nada te perturbaba. Unas cuantas estocadas después, sentí a Edward seguirme con su liberación y fue maravilloso sentir llenarme de su esencia marcándome como suya para siempre.
Edward cayó sobre mí después de su orgasmo pero inmediatamente nos giro quedando yo arriba de su cuerpo para no soportar su peso, beso mi cabello repetidas veces y acaricio mi espalda hasta que nuestras respiraciones erráticas, regresaron a su estado regular y salió de mí dejando con una sensación de vacío.
-Te amo, mi amor, gracias por darme este hermoso regalo, no sabes lo feliz que hizo saber que yo fui el primero en tu vida,- decía entre susurros en mí oído mientras que seguía acariciándome, haciendo dibujos invisibles en mi espalda. Yo estaba exhausta así que lo único que pude decir fue:
-Yo también te amo,- antes de quedarme profundamente dormida, completamente feliz entre sus brazos.
  
EPOV
Tenerla así, entre mis brazos, profundamente dormida, me daba una paz enorme que nunca en mis 18 cortos años de vida había sentido con ninguna otra mujer con la que había estado.
Me dolía tener que separarme pronto de ella y me daba mucho miedo pensar que tal vez en ese tiempo en el que no nos tendríamos el uno al otro, ella encontrara a un hombre mejor que yo, porque claro que los había, aunque ella me dijera que no iba a encontrar a nadie como yo… Ojala que eso fuera verdad, ojala que ella me esperara y dentro de unos años pudiéramos volver a estar juntos, casarnos, formar una familia juntos, vivir toda una vida juntos… ¡Demonios!, era en estos momentos en los que yo me arrepentía de tener que irme tan lejos para seguir mi sueño de ser un gran médico. Londres estaba al otro lado del mundo, y aunque tenía el dinero suficiente para poder viajar cada fin de semana y visitar a Bella, ella me había dicho que no lo hiciera, que nos mantendríamos en contacto por mails o por teléfono de vez en cuando. ¡Cielos!, yo quería hablar con ella a diario, verla, sentirla, besarla, acariciarla, hacerla mía, como lo acababa de hacer hace unos instantes, pero Bella había preferido que después de que yo me fuera Londres, no nos volviéramos a ver, solo hablarnos de vez en cuando ya que ella quería que no me sintiera atado de volver si es que encontraba a alguien “mejor” allá.
Era obvio que yo no iba a encontrar a nadie mejor que ella, pero si ella así lo había querido entonces así seria.
Sentí a Bella removerse entre mis brazos, clara señal de que estaba despertando.
-Hola mi amor,- le dije dándole un suave beso en los labios al saberla despierta aunque ella aun no abriera sus hermosos ojos chocolate.
-Mmm,- fue lo único que contesto.
-¿Cómo te sientes?,- dije acariciando su espalda desnuda.
-La verdad… Adolorida,- dijo con sus mejillas sonrojadas.
-Lo siento, soy el culpable.         
-No, yo también tuve culpa, anoche estaba muy dispuesta,- dijo sonrojándose de nuevo por las palabras que acaba de decir, a lo que yo solo pude soltar una carcajada. Mi hermosa Bella era adorable, anoche era tan apasionada y ahora tan tierna y tímida.
-Bueno que te parece si tomamos una ducha juntos y después te llevo a tu casa estoy seguro que tu madre ya debe estarse preguntando donde estas,- y es que aunque estaba seguro que Renee ya suponía lo que haríamos, gracias a la boconas de Alice y Rosalie, estaba segura que a Charlie no le haría mucha gracia también enterarse de lo mismo.  
-Tienes razón, ¿Qué hora es?- pregunto.
-Ammm, las 8:00 de la mañana, dormiste mucho dormilona,- dije en broma.
-Fue tu culpa me dejaste agotada anoche,- dijo queriendo parecer enojada.
- Anda, vamos a darnos un baño un baño y desayunaremos, para después dejarte en tu casa,- dije saliendo de la cama, pero me desconcertó ver que Bella no me seguía, voltee a ver qué pasaba y la encontré mirándome fijamente y en eso caí en la cuenta de que había salido de la cama completamente desnudo.
-¿Algo que te guste, amor?,- pregunte en broma dándole una de mis sonrisas torcidas.
-Yo… Eh… eres un presumido,- dijo aventándome una almohada,- y cúbrete que estas pervirtiendo mis ojos,- dijo aun riéndose.
-Creo que anoche los pervertí demasiado, mi vida, y ahora anda si no quieres que se nos haga más tarde,- La vi renuente a salir de la cama y caí en la cuenta de que ella estaba desnuda y si como ya dije Bella tenía muchas sorpresas y era demasiado tímida. Así que me acerque a ella y le di un beso en los labios, para después tomarla de la cintura y cargarla hasta el baño.
-¡Edward!, basta bájame,- gritaba riendo.
-Te bajare cuando estés en el baño,- le dije riéndome, cuando comenzó a patalear. La deje sobre sus pies cuando estuvimos dentro del baño y había olvidado que había pedido que arreglaran el jacuzzi de una manera hermosa. Había pequeños pétalos de rosa bordeando el jacuzzi y unas cuantas velas aromáticas que no estaban encendidas.
Bella estaba con la boca abierta viendo todo el lugar, que en realidad estaba hermoso.
-Había olvidado que lo habían preparado anoche, pero tal vez podamos hacer uso de él ahora, claro si tu quieres,- le dije al oído rodeando con mis brazos su cintura para acercarla más a mí.
-Me encantaría,- dijo con un tono de voz completamente ronco por la excitación.
BPOV
Edward había preparado todo esto para mí y yo estaba conmovida por todo lo que este hombre había hecho para hacerme sentir bien. Anoche había muy dulce al momento de hacerme el amor y ahora estábamos en el baño donde él había pedido que preparan un jacuzzi completamente romántico.
Ahí rodeada por sus brazos con el detrás mío y sintiéndonos piel a piel, el mundo desapareció y solo él me importaba en este momento, ni siquiera mis padres que de seguro me estaban esperando porque no había llegado a dormir, más bien mi padre, porque estoy segura que mi madre ya sabía lo que pasaría.  Mas no me importo, en este momento solo existíamos Edward y yo, solos, a punto de entrar en un jacuzzi, hacer quien sabe cuántas locuras vinieran a la cabeza de Edward… y mía.
Me soltó un momento mientras lo veía ir a prender el jacuzzi y mientras este se llenaba, el comenzó a poner lo que reconocí como algunas sales aromáticas. Yo solo lo veía completamente embobada, moverse desnudo de un lado a otro preparando nuestro relajante baño. 
Cuando todo estuvo listo regreso a mí, me tomo de la cintura con sus fuertes brazos y me metió en el jacuzzi, el agua estaba en la temperatura exacta y se sentía deliciosa contra mi piel desnuda, el entro después de mí y se sentó para acomodarme entre sus piernas descansado mi espalda contra su fuerte pecho.
-Te amo Bella,- fueron sus primeras palabras después de un rato de silencio.
-Yo también te amo, demasiado- le dije con las lagrimas al borde, cuando me di cuenta de que tal vez nunca volveríamos a vivir algo tan lindo como esto, ya que la graduación estaba a solo unos  días y él se iría, quien sabe hasta cuándo lo volvería a ver.
-Siempre mi amor, aunque estemos a miles de kilómetros y separados por un enorme océano te voy a amar, prometo que regresare por ti cuando termine mi carrera, y formaremos nuestra familia, nos casaremos y tendremos hijos, estaremos juntos viéndolos crecer, hasta que ellos formen su propia familia y ya no nos necesiten, aun así yo siempre te voy a necesitar mi Bella, siempre, Te amo mi vida, nunca lo olvides.
Yo solo pude voltear a verlo directamente a los ojos y besarlo con todo ese sentimiento que tenía dentro de mí. Expresándole en ese beso que lo amaba y que anoche había suya para siempre y por siempre.
-Te prometo que te voy a esperar, nunca habrá otro hombre en mi vida que no seas tú, eres el primero y el único, solo a ti te voy a amar, solo a ti. Pero Edward…- dije algo insegura de si continuar, pero tenía que hacerlo, quería que él fuera verdaderamente feliz, así no fuera conmigo…- si tu encuentras a alguien más,- el empezó a negar frenéticamente con la cabeza y queriendo decir algo pero yo solo puse uno de mis dedos en sus labios para hacerlo callar,- ahora dices que no mi amor, pero si eso pasa, quiero que seas feliz, si encuentras a alguien más quiero que me lo hagas saber, sin culpas ni remordimientos, solo quiero que seas completamente feliz…,- termine diciendo con lagrimas en mis ojos y es que dolía imaginarme a Edward en otros brazos.
-Perdóname por ser egoísta, pero yo no puedo desearte lo mismo, te amo demasiado para dejarte con otro que no sea yo mi amor, nunca, escúchame bien, nunca, habrá otra mujer que me haga sentir lo que siento contigo, regresare, te lo prometo, tu solo promete esperarme y seguirme amando como se que lo haces ahora.
Solo asentí, era incapaz de hablar, porque sus palabras llegaban a lo más hondo de mi corazón y de mi alma. Pero ahora solo disfrutaría de él, del tiempo que teníamos juntos en este momento, ya después me podría lamentar su partida.
-Ámame Edward, hazme el amor,- fueron las únicas palabras que le pude decir en ese momento.
-Ya te amo Bella, más que a nada ni nadie en este mundo.- y me beso, con una ternura y un amor indescriptible.
Me gire completamente para sentarme a horcajadas sobre él y seguirlo besando muy apasionadamente. Edward comenzó a besar mi cuello y después fue directo hacia mis erectos pezones que pedía un poco de atención, más no estaba para juegos previos, quera sentirlo muy dentro de mí así que con mi mano tome su miembro y lo ubique en mi entrada  y dejarme caer sobre él. Gemimos al unisonó al sentirnos compenetrados, como si fuéramos uno.
-Demonios Bella, eres demasiado estrecha, mi amor,- dijo Edward gimiendo, mas yo pare mis movimientos ¿eso era malo?, él pareció notar mi confusión ya que me tomo de la cadera y empezó a ayudarme a impulsarme,- y eso me encanta.- ok, eso significaba que no era malo.
-Ed… ¡EDWARD!,- grite demasiado alto cuando sentí su mano abriéndose paso entre nuestros cuerpos y el comenzaba a masajear mi clítoris con extrema maestría. Yo estaba al borde, Edward sabía exactamente qué hacer con mi cuerpo y que reaccionara de la manera en la que él quería.
-Estoy Cerca… Mi… Amor…,- me dijo entre embestidas y yo también lo estaba.
-Yo…Yo Tam…También,- conteste jadeando. Y lo sentí. Sentí como mi orgasmo llegaba, como la burbuja que estaba en mi vientre comenzaba a explotar y me deje ir, gritando el nombre del hombre al que amaba y que me estaba haciendo sentir de esta manera. Y también sentí como Edward llegaba junto conmigo en este maravilloso clímax.
Me recargue en su pecho dejando que mi respiración volviera a la normalidad, mientras él me abrazaba y acariciaba mi espalda, por un momento había olvidado que estábamos en un jacuzzi y que el agua seguía nuestros movimientos, y que ahora la habitación era un completo desastre por el agua desbordada, mas tampoco eso me importo. Yo estaba feliz en los brazos del hombre que amaba y amaría para siempre.
-Gracias mi amor, toda la sorpresa me encanto,- le dije a Edward cuando nos detuvimos en la puerta de mi casa.
-Me alegro de que te haya encantado,- dijo acercándose para darme un pequeño beso en los labios,- creo que Charlie no está contento,- me dijo soltando una pequeña risita.
-¿Por qué lo dices?,-pregunte desorientada, pero siguiendo su mirada me di cuenta de que mi padre se asomaba por la misma ventana que mis amigas y mi madre lo hacían ayer que salí con Edward.- No te preocupes mamá lo mantendrá a raya, pero creo que debo entrar sino el mismo me sacara del coche,- dije abriendo la puerta pero cuando lo hacía Edward me tomo del brazo y me volvió a besar de manera no muy casta, agradecí que los vidrios de su coche fueran poralizados, sino estaría segura que Charlie ya hubiera sufrido un infarto.
-Te amo, te veo en la graduación ¿de acuerdo?,- me dijo dedicándome una hermosa sonrisa.
-Si amo, te veo mañana, también te amo,- dije antes de darle un casto beso en los labios y encaminarme a la puerta de mi casa.
Al abrirla no me encontré con nadie, pero solo basto dar unos pasos más para que mi adorable padre me mirara con una cara que pocas habías visto cuando esta molesto.
-Lo siento,- fue lo primero que dije y agache mi mirada, esperaba que con esa disculpa le bastara y no preguntara donde había estado, porque no era tan sin vergüenza para decirle que había estado teniendo sexo con Edward.
-Ve a tu cuarto Bella,- ¿Qué?, enserio no me iba a regañar, apuesto a que leyó el desconcierto en mi mirada porque solo suspiro y dijo- es verdad, no me interesa saber donde, con quien, o que estuviste haciendo anoche, solo… espero seas responsable.- y se fue a la sala.
Ok… eso estuvo muy raro, pero hubo una cosa que no me paso desapercibida y fue la última frase que dijo “espero seas responsable”, y ahí caí en la cuenta de a qué se refería con eso y me quede en shock, ni Edward ni yo nos habíamos cuidado anoche ni hoy en la mañana, el no había usado condón y yo no tampoco estaba cuidándome.
-Bella, cariño ¿estás bien?,- escuche lejana la voz de mamá, pero solo pude asentir y subir a mi recamara.
Por dios, como no me di cuenta y el tampoco, él sabía que era mi primera vez debería saber que yo no sabía de estas cosas y aun así no se cuido. Me deje caer en la cama y sin darme cuenta me quede dormida aun con esos pensamientos en mi cabeza.
-Bella…,- escuche que alguien me llamaba a lo lejos- Bella, cariño despierta ¿no bajaras a comer?,- cuando abrí los ojos y enfoque mi vista mi a mi madre sentada un lado de mi en la cama sonriéndome.
-Amm, si, si ya voy, solo necesito cambiarme de ropa,- ya que no me había dado cuenta de que aun traía una ropa que Edward me había dado esta mañana cuando no tenía más que el vestido que ponerme, gracias a Alice que había empacado un pequeña maleta con un cambio de ropa, pude salir del hotel sin que con ese vestido que traía dijera que había tenido sexo con Edward.
-De acuerdo, mi niña, te esperamos abajo,- dijo mi madre saliendo de mi habitación.
Esa tarde la pase con mi madre y padre, que aunque sabía que para papá aun era difícil saber o tener una idea de que su hija ya no era tan inocente no hizo ningún comentario y me trato igual que siempre.
Yo me mantuve pensando en cómo le diría a Edward que ninguno de los dos nos habíamos cuidado ayer  y yo en la mañana, pero llegue a la conclusión de que no sabía cómo lo tomaría tal vez se enojaba y no me quisiera ver nunca más, así que decidí que si nuestro encuentro tenía consecuencias entonces ya las enfrentaría, además tal vez ni siquiera pasaba nada y yo ya estaba sacando conclusiones tontas.
Con toda esa maraña de pensamientos me dormí de nuevo, esperando que pronto todo se aclarara.







Hola Chicas y Chicos, aquí con un nuevo capitulo que espero sea de su agrado. Muchas gracias por sus comentarios niñas, de verdad los agradezco ya que con eso me ayudan a  mejorar. 
Me pidieron mi pagina en FF así que aquí se las dejo : http://www.fanfiction.net/u/2546048/LucyCullenSwan .                                                                                                                 Sigan dejándome sus comentarios, comentarios y si tienen dudas también. 
Agradecimiento especial para Lizzy que me ha ayudado mucho con este proyecto. 
Besos 

Lucy :)

1 comentario:

  1. Holi pando a dejarte mis saluditos, el capi esta muy bueno, te dejo mi comentario denuevo, ya que el otro día comente, pero no se que paso, no quedo registrado, bueno saluditos y nos leemos pronto.

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