miércoles, 22 de junio de 2011

Promesas: Prologo


Prometí por el bien de ambos olvidarlo, como también prometí hace años esperarlo y amarlo por siempre.
Lo último lo cumplí, lo sigo amando como nunca he amado ni amare a nadie, pero esperarlo no pude, no cuando la vida me dio una puñalada por la espalda y me quito lo que más amaba.
Mas ahora, el piensa que lo engañe, que no lo amo y que soy la peor mujer del mundo, y yo quiero que siga pensando eso, ¿Por qué?, Porque no soportaría que me odiara mas por no haber sido capaz de cuidar algo tan hermoso y de ambos.
Lo amo demasiado como para que sufra conmigo, por eso estoy aquí, a punto de casarme con un hombre por el que lo único que siento es cariño y agradecimiento por estar en los momentos más difíciles de mi vida.
Aquí y ahora Dios mío, solo te puedo pedir que hagas que Edward encuentre a alguien más, que lo haga enormemente feliz con quien que pueda formar la familia que siempre quiso conmigo…
Mire una vez más la suave arena bajo mis pies donde había escrito su nombre, el cual una de las olas se lo llevaba, ojala así se lo llevara de mi corazón… Mire el anillo que Edward me había dado en la graduación como una promesa y que yo lo había guardado celosamente siempre y que lo llevaba colgado en una cadena en mi pecho, donde también él, Edward, estaría ocupando un enorme lugar para siempre. Lo tire lejos, al océano, deshaciéndome de él, como esperaba hacerlo algún día de todos esos hermosos recuerdos que compartimos juntos; Cuando nos conocimos, cuando comenzamos a hacernos amigos, cuando me pidió ser su novia, mi primera vez, cuando me hizo suya y me profeso un amor infinito con solo su cuerpo… sonreí con lagrimas en los ojos ante ese recuerdo…
“Te amo, mi amor, por siempre…”, fue lo último que dije antes de regresar a casa donde me estarían esperando para prepararme para mi boda… 



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